El Pabellón del Reservado

Abstract

El Pabellón surge como una evocación del antiguo límite externo del Reservado: la tapia que rodeaba las huertas adyacentes al jardín íntimo de Felipe II. El proyecto se convierte, así, en un sendero más que adquiere una condición constructiva, acotando un nuevo espacio dentro del recinto del Reservado Grande. La pieza arquitectónica se materializa como un límite que no aísla, sino que conecta. Una tapia de ladrillo que se quiebra generando espacios y se abre al jardín a través de pavimentos y graderíos, generando usos también en el exterior, no solo dentro de ella. De esta forma se vuelve una especie de umbral que funciona como puerta a diferentes patios y, a su vez, dialoga con ellos ya que cada estancia se vincula a su exterior más inmediato. Se encierra una porción de paisaje y se realizan en ella pequeñas intervenciones para despertar los espacios que allí había: los paseos, los recorridos y, sobre todo, las sensaciones. El proyecto, gracias a su pequeña escala, formará parte del parque, albergando distintas exposiciones, actividades y eventos relacionados con el pasado histórico del lugar o su presente actual, los viveros. El Pabellón es un espacio para la preservación de la memoria, una pieza cuyos espacios contribuyen, de una forma u otra, a conocer el significado que ha tenido este jardín para la ciudad de Madrid a lo largo de los años.